Cultura Digital: Aprendizaje sin Edición

La abuela se sorprende al ver como su nieto de 7 años prepara su tableta para llevársela al colegio con la misma naturalidad con la que con la que recuerda tomar su bolsita con su zumo para el recreo. Increíble, impensable e inimaginable para un persona que esta cerca a los 70 años y tuvo caligrafía -para tener buena letra- y cuyo hito tecnológico en su etapa escolar fue la Olliveti, la eléctrica en la universidad.

La mayor de sus tribulaciones se traduce en el irremediable hecho de que a su juicio el niño haga lo que quiera con la tablet en un tiempo que debe ser preciado, valioso e irrepetible: el de su formación escolar. Y a continuación se desatan pros y contras de algo sobre lo que ya no tenemos ni control ni rienda y que no es opción sino realidad. El aprendizaje es abierto, dispuesto y se vive en canal digital: full technicolor evolution. A la madre -yo misma- le surge la imperiosa necesidad de actuar sobre esa cultura digital y es cuando asaltan las preguntas:¿Cómo se escoge que información es realmente válida? ¿Cómo sé que algo es relevante sin que me asalte la publicidad cada segundo?

¿Cómo logro que una pequeña persona de 7 años entienda que “ese juguete chulo llamado tablet” es un medio y no un fin? Pues mi conclusión se llama Pensamiento Crítico. Nunca antes el desarrollo del pensamiento crítico fue más necesario. Por pensamiento crítico se pueden entender muchas cosas, pero sobre todo hoy solo me refiero a las ideas que hacen importante esta herramienta. El pensamiento crítico es el que evalúa y categoriza las opciones que nos ofrecen tales o cuales decisiones, las que analizamos según la información y preconcepción que tengamos de ellas.

Tocados por los píxeles

Cultura digital y pensamiento crítico

El pensamiento crítico es un músculo que necesita ejercicio así como oportunidades de uso y de prueba. El pensamiento crítico se fundamenta en la práctica de hacer preguntas. De su respuesta dependerá el estado físico que logre desarrollar. Apreciados educadores, papás y mamás: nos enfrentamos a una realidad más grave que la que ve la abuela: todo educa y es la manera como modulemos la respuesta del ambiente a las preguntas de nuestros jóvenes aprendices como aprenderán a leer el mundo.

De ello dependerá en gran medida si son consumidores ávidos o creadores de respuestas e interacciones que los lleven a responder sus necesidades y mejor aún despertar nuevas inquietudes gracias a alguna interacción en la red. La cultura digital es la manifestación de internet como una plataforma a partir de la que se comparte el conocimiento guiándonos a espacios transparentes y colaborativos. En términos educativos nos lleva a pensar y a poder transformar información en conocimiento.

La educación dentro de la cultura digital nos lleva a compartir y ensalzar valores fundamentales: el trabajo en equipo, la empatía, la tolerancia y el respeto. Nos lleva a un nuevo entendimiento de la calidad, porque las herramientas de esta cultura digital nos dejan captar la atención de nuestros educandos con estímulos renovados.

Así que por ahora, al pequeño de 7 años lo vemos marchar féliz tablet en mano, lo invitamos a preguntar y escuchamos lo que él mismo responde, le damos tiempo para que invente y reinvente historias y juegos, y nos preocupamos cada vez más en hacerlo pensar, no en hacerle creer, e interesarnos en sus opiniones.

Bibiana Vargas

Furibunda lectora, estudiante para toda la vida, rebelde con causa donde la haya. Inundada de sentido creativo, y todas las demás cosas de la vida normal y corriente.

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