Bibiana Vargas

Furibunda lectora, estudiante para toda la vida, rebelde con causa donde la haya. Inundada de sentido creativo, y todas las demás cosas de la vida normal y corriente.

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El aula invertida o la casa por el tejado

 

Cada vez somos más los que nos preocupamos por ayudar a comprender de lo que va esto de aprender en modo digital.  Gracias a Antonio de la Villa via @EISnews.  El aula invertida con plastilina a muchos nos suena mejor.

Por qué es invertida?

Invertir: Cambiar de dirección.  El aula invertida nos llama a hacernos horizontales en el aula.  A escuchar, a tener la mente abierta.  Es un viaje en el que se mezclan los saberes y las maneras de comprender. El aula invertida llama a la experiencia no solo a la tecnología.  Requiere que comprendamos que hay muchas formas de pensar y que el #aprendizaje ocurre de muchas maneras.  También requiere sus propios cauces para expresarse, para verse y para sentirse.

El aula invertida modifica los patrones en los que un docente imparte un conocimiento para que otros escuchen.  El aula invertida en sí es un proceso continuo, no una herramienta tecnológica en sí misma.  Cambian los roles.

  1.  El del maestro que se pasa al bando activo.
  2.  El de los alumnos que tienen que conectar información y convertirla en conocimiento.
  3.  El de los colegios (centros escolares) que deben transformar las escalas de lo que hace evidente el aprendizaje y lo valora.
  4.  El de los padres como ejemplos vivos del uso y valor experiencial de la conectividad y de las herramientas digitales con sentido y valor crítico.

Más que un sistema es una filosofía de aprendizaje que resume saberes.  El saber del docente cuya misión es mutarse en un director de orquesta.  Tiene la misión de hacer sonar en armonía los elementos digitales, las cualidades y habilidades humanas, darle valor, utilidad, pertenencia y sentido a las asignaturas que corresponden.  Tiene que identificar los escenarios viables para construir una pequeña comunidad colaborativa.  No es tarea pequeña, por mucho que las tabletas y el internet estén pululando.  De hecho, una de las más difíciles contingencias del aula invertida consiste en generar un entorno conectado activo que  genere valor y experiencia a los pupilos.

Es uno de los grandes escollos.  Porqué?  Porque hemos aprendido a consumir de la red, más que a usarla en nuestro beneficio como herramienta de aprendizaje.  Porque aunque estamos conectados la mayor parte del tiempo, nos olvidamos de contrastar, de confirmar o verificar aquello que consumimos.  Es en la construcción y presencia de un pensamiento crítico sólido y fuerte donde puede florecer el aula invertida.  Qué no se nos olvide que a veces, construir la casa por el tejado trae sus consecuencias.

Aprender, desaprender y volver a aprender es lo que nos toca a todos los que intentemos ser parte del siglo XXI.

Bibiana Vargas

Furibunda lectora, estudiante para toda la vida, rebelde con causa donde la haya. Inundada de sentido creativo, y todas las demás cosas de la vida normal y corriente.

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Un comentario

  • Bibiana Vargas octubre 7, 2015   Responder →

    Invertir el aula es un proceso, no una herramienta en sí misma. Es efectiva si activamos estrategias de #pensamiento crítico que hagan real las experiencias en las aulas.

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