Educación: Sin etiquetas, sin expertos y con pensamiento crítico

Re-editamos la educación.  Es lo que plantea Noam Chomsky en una entrevista que desde su sillón de MIT concedía uno de los filósofos y científicos políticos más influyentes del SXX. La entrevista:Noam Chomsky y el objetivo de la educación» la desempolvó @c_magro la semana pasada, más bien por encima.  Me detengo en ella porque  nos aterriza de éste hiper subidón tecnológico que nos atraganta todos los días con la innovación, la escuela inclusiva, el aprendizaje por proyectos, el PLE, el Aula Invertida, las Rúbricas, las inteligencias multiples y tantas siglas más que nos inundan. Traer a este filosofo que pocos reconocen para que?  A ver esto de que va? En momento de la entrevista :

«los cambios tecnológicos que están ocurriendo, a pesar de ser significativos, no tienen, ni de lejos, el mismo impacto que los avances tecnológicos de hace alrededor de un siglo» Noam Chomsky

Alguien hiperventilado hasta aquí?  El cambio está en la comunicación fundamentalmente.  Y sobre todo en el acceso a las formas de comunicación y en el tiempo en que ocurre la comunicación.  No en la educación.  En dónde ha cambiado realmente la educación? Sigue estando en las manos de los competentes, de los que saben, de los que escriben a diestra y siniestra en nombre de todas las familias, los maestros y los niños.  En manos de todos los que etiquetan bien por la derecha bien por la izquierda. Expertos, formados estupendamente bien en los exámenes que no tenemos muy claro qué es lo que significan, que han trabajado en empresas dedicadas a la educación que buscan el lucro y el beneficio al fin y al cabo y la persistencia y mantenimiento de un sistema que nos perpetúa en el adoctrinamiento sutil y refinado de estar tranquilos y bien portados para que no hagamos mucho ruido.  Qué cambiemos sí, con el ritmo de los tiempos, no al ritmo de nuestros descubrimientos y verdades maduradas de nuestro pensamiento crítico. Que pensemos sí, pero lo justo. Que innovemos sí, pero dentro de la piscina que más lejos como que no.

Confundimos constantemente educación con aprendizaje.  Y dentro de la educación (La educación es el proceso de facilitar el aprendizaje en todas partes; conocimientos, habilidades, valores, creencias y hábitos de un grupo de personas las cuales también son transferidos a otras personas) tenemos que diferenciar la académica de la educación moral y la ética.  El aprendizaje (Adquisición del conocimiento de algo por medio del estudio, el ejercicio o la experiencia) es una actitud.  La educación académica es la que recibimos del sistema en el que vivimos y frente al que las @malasmadres (se lo tomo prestado a Laura Baena) con los #buenospadres no podemos sino asumir que lo que hay fuera es lo que la vida nos dá.

Familias sobreprotectoras, padres helicópteros.  Padres que se olvidan de que lo son, que les permiten divinidades y humanidades, sin límites sin trasiegos. Extremos, nombres, etiquetas.  Señores expertos:  los extremos no son la media.  Entre medio de los extremos estamos los del día a día.  Los que ya no creemos en que la escolarización absoluta sea la herramienta definitiva para enfrentarnos a la vida cuando dejamos de ser cachorros. Los que hemos leído, los que hemos emigrado a la digitalidad, los que hemos podido alcanzar el tren de la comunicación abierta, al menos lo suficiente para decir que no quiero que me etiquetes más a mis niños, que no me etiquetes más a mí ni a mi familia.  Si te lo digo yo solita con mi nombre nunca me escucharías, pero si cito al honorable Señor Chomsky de MIT autor de ensayos y premiado en muchas ocasiones pero muy sorprendentemente en éste 2016 por la publicación Philosophy Now Award for Fighting Stupidity; por su…cito con vuestro permiso en inglés «his work on the structure of the media, and for his continual incitement to independent critical thinking»  tal vez me mires y me atiendas.

Las herramientas digitales de las que disponemos para comunicarnos no son las armas definitivas de la transformación de la academia.  Son herramientas neutras que adquieren valor en manos de quien sabe usarlas. Hablamos de los niños como seres vulnerables la mayoría de las veces.  Nos referimos a ellos en función de lo que les quitamos tanto nosotros como el sistema en el que vivimos. Nos referimos a los niños infantilizados, viéndolos con los ojos de quienes tenemos la autoridad moral y ética sobre ellos. Pero se nos olvida la mayoría de las veces que en ellos también habita el niño ciudadano, que no nos pertenece realmente.  Más allá de los sentimentalismos, no nos pertenece.

Se es ciudadano de un tiempo, de una ciudad-estado, de una pertenencia familiar, espiritual o social.  Su realidad no es la nuestra y cuantas y pocas veces realmente escuchamos.  Esa condición nos genera incertidumbre porque no controlamos ninguna de esas variables, y qué angustia da.  Por eso tenemos que etiquetarla, para controlarla, dominarla, como queremos dominar todo el sistema de la educación.  Yo no quiero dominar y controlar a mis hijos, no quiero reconocer en cada paso que dan mis hijos el ensayo de un experto.

Quiero que viva su mundo, en sus reglas, que tenga las herramientas para construir su propia ilustración y encontrar su verdad disfrutando de ella.  Que piense como todos los hombres libres.  Sin etiquetas.

La revolución de la educación no es digital, es la ilustración de la humanidad de la formación académica la verdadera revolución se sirva o no del canal digital. Y para humanizar ese espacio de formación académica que habrá que hacer? Dejar pensar a los niños un momento, y dejarnos pensar a nosotros sus papás.  Pensar diferente tiene premio?  quiero creer que sí.  Que educa en el discernimiento y fortalece el carácter de quienes nos atrevemos a pensar que existe vida más allá de la caja del bautizo, la comunión, la papilla a los 4 meses, la guardería al año y los veranos en la playa. Quiero creer que la revolución está en las casas, con los expertos en primera persona involucrados.  Cuando la innovación tan digital llega al mainstream ya no es innovación y que queda al servicio de lo que no se puede cambiar y pierde su sentido.  Y ahí solo quedamos nosotros, los papás para resolver el photofinish del mundo que se cuece en la mente de nuestros hijos en casa, donde hay expertos en  re-editar la educación, aunque no conozcan a Chomsky.


Noan Chomsky: El objetivo de la educación: La… por filosofiacr

Bibiana Vargas

Furibunda lectora, estudiante para toda la vida, rebelde con causa donde la haya. Inundada de sentido creativo, y todas las demás cosas de la vida normal y corriente.

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